sábado, 31 de julio de 2010

Ya viene el bus!

Esta semana ha sido llena de emociones fuertes . He tenido unos de los privilegios mas grandes que pueda tener un ser humano mientras estamos aquí de paso: acompañar a una hija de Dios mientras suavemente y dulcemente se prepara para irse a reunir con su Padre. Este destino tan sobrenaturalmente temido, del cual hay tanta suposición, tanto temor a lo que no se conoce, nos llega a alcanzar. Nadie se escapa de esto. Si algo tenemos seguro en esta vida es que este momento llega. Cada día que pasa la veo con mas paz y a la vez mas cansada ( o a lo mejor mas descansada) no abre los ojos como antes, pero sigue estando atenta a cada movimiento y palabra a su alrededor, como si no quisiera perderse ni una sola palabra en este lugar que va a llegar a ser un lugar por donde paso unos años. Unos años , que aunque llenos de prueba, van a culminar con una familia entregada a ella en cuidados y en amor . Mi amiga solo sonríe con sus ojos cerrados como si nos dijera :"yo se para donde voy y quien me espera allá".

Después de ir a visitarla, cuando regresaba a mi casa, en medio de presas, pitos, gente cruzando por las calles en los lugares donde no debían hacerlo, pude ver una escena que resumía la situación de mi amiga. En una parada de bus habían como cincuenta chiquitos de edad escolar. Unos iban agarrados de la mano de sus profesoras, se veían muy emocionados y todos daban brinquitos al mismo tiempo al ver aproximarse un bus que me imagino que los llevaría a algo muy esperado por ellos.

Y me puse a pensar que la vida debería ser así: estar como esos niños: agarrados de la mano de las personas que nos cuidan, esperar con mucha felicidad la otra etapa de nuestra vida (la vida eterna) y saber que al lugar donde vamos es muy bueno. Y eso solo se puede lograr cuando uno conoce el dueño de ese lugar maravilloso adonde todos deberíamos desear llegar algún día.

Mi querida amiga esta esperando dando brinquitos de emoción ese bus que va a llegar en cualquier momento. Ella conoce al Dueño del lugar y esta feliz y preparada. En estos días he podido darle la mano y entender que le estaba dando la mano a alguien que iba a ver cara a cara a quien todos deseamos ver. Que privilegio!

Buen viaje, doña Yolanda...

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