jueves, 7 de octubre de 2010

Carta a tres amigos

Querida Becky:

Ya han pasado tres años desde la última vez que te vi. Estoy segura que cuando llegaste te hicieron una fiesta de bienvenida apenas para vos: con toda la repostería mejor del mundo, música de Coldplay y las sonrisas mas grandes que hayan existido a través de todos los tiempos. Cómo estaba Papá y nuestros hermanos? Me imagino lo contentos que estaban de recibirte y tenerte al fin en casa. Aquí nadie ha parado de recordarte. Cómo no hacerlo con alguien como vos? Te cuento que aquí han pasado muchas cosas: mucho ha cambiado pero para bien. Todavía no paramos de reírnos al acordarnos de nuestro viaje juntas. Becky, la verdad es que hiciste de nuestra vida una aventura de buenos recuerdos. Pero aunque nos siga doliendo tu partida, sabemos que simplemente llegaste primero a donde todos deberíamos desear ir con todo nuestro corazón. A ese lugar maravilloso donde vamos a estar seguros sin hambre ni frío. Donde todas nuestras preguntas tienen respuestas con sólo mirar al anfitrión.
Tu partida trajo consuelo a muchas familias que perdieron a sus hijos, qué te parece? Como dirías: qué chiva, no puedo creerlo... Bueno, pero no te quito mas tiempo. Saludame a todo el mundo y deciles que algún día espero verlos,
un abrazo,

Querida Nati:

Me imagino que estás en carreras organizando las últimas coreografías, ensayando, escalando, bailando hasta mas no poder. Te quito un segundito de tu tiempo para saludarte y decirte que te hemos extrañado mucho. Pero al mismo tiempo en medio de este sentimiento, nos llena de orgullo nuestros corazones de haber estado aquí con vos y haber sido contagiados de esa vida tuya que era como un remolino. Un remolino lleno de música, de proyectos, de danza, de amor y de servicio a los demás.Me acuerdo verte una y otra vez bailando,no necesariamente en un escenario (no ocupabas uno de toda forma para bailar).Y no quería dejar de contarte que con tu partida hubo muchísimos jóvenes que quisieron conocer sobre ese Jesús que representabas, no sólo de habladas sino de vivencia, y muchos de ellos tienen la seguridad de volver a verte . Estos jóvenes han cambiado sus vidas a una mejor. Una vida llena de alegría, llena de Dios, en fin una vida llena. Espero poder verte algún día y seguirte contando toda esta historia que empezaste a formar y aún no acaba. Un abrazo a todos por allá...


Querido Diego:

Ayer me estaba acordando de aquel domingo que llegaste a Quiznos a almorzar con nosotros y entraste todo tranquilo y nos dijiste: ""Me acabo de caer de el Puente de la calle de los Negritos" aquel puente detrás del Centro Cultural cerca de tu casa. Un puente que puede tener como 4 o 5 metros de altura. Llegaste un poco despeinado y talvez con los codos sucios, pero nada mas... Diego, es increíble como nos contabas cosas que nos dejaban horrorizadas y vos como si nada. Como nos reímos aquel día! Después que te fuiste, pensando egoístamente, me dolía mucho no estar oyendo tus comentarios llenos de doble sentido. Con un sentido del humor único. Pero que dichosa tu mamá, tu tía, tus grandes amores que ahora te tienen a su lado. Cuando pienso en eso me alegro por vos y por ellas. Y esperar pacientemente a volver a verte y contarte todo lo que ha pasado aquí por mientras. Pero estoy segura que no va a ser ni la mitad de interesante ni entretenido de todo lo que me vas a contar. Antes de despedirme, quería darte las gracias ya que me encontré una carta tuya. En esa carta me expresás pensamientos tan profundos del amor que le tenías a Jesús. Qué tesoro ha sido para mi esa carta... Bueno, mi querido Diego, nos vemos algún día de estos. La vida pasa rápido aquí...
Mientras tanto, cuidame a las chiquillas que ya deben haber hecho toda una revolución aprovechando que estás distraído leyendo mi carta.
un abrazo fuerte lleno de nostalgia,

yeya

2 comentarios:

Anónimo dijo...

ayy yo quiero leer esa carta (si se puede) me hacen mucha falta los tres pero en especial diego...ese sambalat ignis ros siempre fue muy especial para mi.

Alvaritopperware

Karla dijo...

Es increíble como pasa el tiempo. La falta que me hace escuchar los comentarios pipis de Beck y compartir música, escuchar la risa de Natz y sus historias locas, y reírme como nunca con Mariano... Lo más impresionante es que no hay día que no piense en ellos, como impactaron mi vida y lo siguen haciendo con cada recuerdo. Con ellos fue amistad y amor verdadero.