La libertad de poder decir lo que uno cree en el campo religioso ha sido muy censurado... hasta con pena de muerte. Vivo en un país con esa libertad aparente. Pero si las situaciones o la crítica hubieran sido armas ya no estaría contando mi historia. No podemos ser solamente espectadores de atrocidades debemos denunciarlas aunque nos cueste la cabeza...
lunes, 18 de octubre de 2010
El dueño de las tijeras
Llevaba días un poco mortificada con la enredadera que tenemos en nuestro jardín. Pasaban los meses y no había tenido tiempo ,ni muchas ganas tampoco, de podarla. Estaba grande, pero sin flores casi y no se había corrido hacia el resto del jardín. Ayer domingo, me animé y saqué mis tijeras de podar, unas bolsas de basura y le entré al asunto.
Al principio con cautela: una ramita por aquí y otra por acá. Luego, casi sin ningún reparo, me vi fascinada cortando todo lo que creía que se salía del diseño que intentaba hacer. En media tarea llegaron dos amigos y me ayudaron. Uno de ellos se apoderó de las tijeras y otra sostenía la bolsa donde íbamos echando lo podado.
Después de trabajar un rato, empezó a llover y nos metimos a la casa. Y me quedé pensando en aquel versículo Juan 15:2 que dice claramente que el pámpano va a ser limpiado, podado, para que lleve mas fruto. Generalmente cuando uno lee esa parte, inmediatamente lo relacionamos con un castigo de parte de Dios. Y no podemos dejar de sentir temor y hasta tal vez un poco de duda. Qué mezcla de sentimientos tan encontrados: miedo de que el ratito de tranquilidad se nos acabe por una podada repentina, casi como una acechanza. Estoy convencida que nuestro Dios no actúa de esa forma. Muchas veces crecemos con la inestabilidad del rato de paz y de felicidad por la podada repentina. "Cuánto durará esto? de fijo ahorita viene la prueba..." Y generalmente ni disfrutamos al 100% de esos tiempos por el terror de lo que viene. De adónde vendrá este concepto tan desviado? Podrá ser de un concepto de un Dios castigador y de juicio?
Hoy en la mañana fui a revisar la famosa enredadera. Me di cuenta que muchas de las hojas y ramitas estaban de color café y unas ya estaban en el suelo. Al ver esto al principio me preocupé pero entendí que era el proceso natural de aquellas ramitas que habían sido cortadas y despegadas de la raíz principal. Estoy segura que dentro de unos días, cuando hayan caído todas las que estaban despegadas, comenzarán a salir nuevos retoños. Entre las recomendaciones que dan los expertos al podar una planta dicen que nunca se debe de desgarrar la rama. Debemos de hacer un corte limpio y entero. El problema cuando desgarramos una parte es que hay bacterias que pueden entrar a la raíz principal y enfermar a toda la planta y ésta muere al poco tiempo.
Nuestro podador es bueno, nunca nos desgarra, nos hace un corte con amor y el fin nunca es hacer daño. Mas bien, su intención es que estemos mas fuertes para llevar mas fruto a los demás. Igual que nosotros, jamás nadie piensa podar una planta para que desaparezca. En ese caso la arrancamos desde el principio con todo y raíz.
El problema ha sido que muchas personas se han adueñado de las tijeras. Y nos han podado de mala manera: desgarrándolas y entran esas bacterias de resentimiento y dolor y al final nos separamos de la raíz por culpa de un podador que hizo un corte sin amor y sin misericordia. Esos podadores generalmente se escudan con "El Señor me dijo" y dicen cada barbaridad producto solamente de un corazón enfermo de emociones sin sentido. Lo triste es que hacen daño a aquellos que creen que Dios es quién los está podando. Decir con toda seguridad, certeza y arrogancia que Dios nos dice algo para el otro de una forma es desmeritar al otro que no entiende como Dios no se lo dijo a él. Y aun mas, si el mensaje es de juicio sin ningún trazo de misericordia, hace mas daño. Están desgarrando ramas y permitiendo que entren bacterias que llevan a la muerte al pueblo de Dios. La Biblia habla claro sobre esos falsos profetas en Mateo 7:15. Hay que ver el fruto primero. De aquí viene el terror que ahorita viene la prueba, de estos podadores que se han encargado de aterrorizar a la gente con una imagen de Dios castigador.
Es increíble cómo se ha desvirtuado el don de la profecía. Se ha convertido en la bola de cristal con mensajes personales sobre temas que no edifican al cuerpo de Cristo. Un día de estos oí que a la hija de una amiga le habían profetizado que iba a reconocer a su futuro esposo cuando viera a un joven con camisa turquesa y jacket de cuero café! Por favor, dejemos de creer en charlatanes y volvamos al estudio serio de la Palabra!
Están tan sumergidos en sus propios problemas, alimentando sus egos que no pueden pensar en la necesidad de los otros. Sin ser uno muy inteligente, será esto de Dios?
Nuestro Dios es el podador perfecto. Si algún día nos manda a podar a alguien, podémonos primero nosotros y luego con todo el amor y vigilando que no sea ninguna ramita desgarrada ni separada de la raíz, podemos con toda la paciencia y nuestro buen testimonio. Vigilemos que esas ramitas reverdezcan en su tiempo, demosle el abono necesario, permanezcamos ahí a su lado. No permitamos que entre ninguna bacteria. Ni menos que entre un loco con unas tijeras que Dios no le dio. Nuestra responsabilidad es enseñar con seriedad la Palabra y advertirle a la gente sobre los falsos profetas. Y si fuera necesario, le arrebatamos las tijeras.
De la iglesia han salido muchas personas con sus ramas desgarradas, qué estamos haciendo por ellas? O simplemente enfocamos hacia el vacío y seguimos pensando en lo que nos va a decir el profeta esta semana: si compro la casa o no? si me caso o no? si viene el fin del mundo ya o no?
Si nos llamamos discípulos de Jesús, sigamos sus pasos y podemos de la manera correcta. El si es el verdadero dueño de las tijeras...
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
1 comentario:
increible, como Dios en el dia a dia nos muestra como nos ama y apreciar ese amor diaria es otro nivel, tenemos que deshacernos de las pequeñas ramas por que son las que no nos dejan crecer empezemos ahora para poder crecer fuerte y firmemente.
Publicar un comentario