Reír hasta llorar. Simplemente reír. Disfrutar cada día de las cosas sencillas y a la vez maravillosas. El gran privilegio que nos dió Dios en medio de la creación tan compleja del ser humano: sonreír. Se necesitan 17 músculos para sonreír, 43 músculos para fruncir el ceño. Y sin embargo, aun en medio de la naturaleza un poco vaga, preferimos muchas veces gastar mas energía frunciendo el ceño.
Nada mas póngase a observar de qué forma lo atiende la gente en los lugares. La mayoría entrena en usar los 43 músculos, aunque eso implique un gasto energético casi el doble de los 17 músculos.Que diferente sería si nosotros que tenemos la responsabilidad de ser luz, empezáramos a serlo de verdad. Y es fácil empezar con una sonrisa.
Estoy entrando en una edad, mas bien creo que ya hace bastante ratillo pasé por esa puerta, que el tema de las arrugas es algo que pareciera muy fundamental para la estabilidad mental, y de paso para la paz de los familiares que nos rodean. Diferentes técnicas: botox, colágeno, ácidos con miles de nombres científicos, cremas para las menos atrevidas (os) y para los valientes: cirugía. Tengo conocidas que hasta han dejado de fumar. No por el concepto de salud, sino por las arrugas que se le hacen alrededor de la boca cuando fuman. En este caso, la vanidad tiene una alta estima. También conozco muchas personas que hasta cambian el estilo de reírse para no estirar extra aquellas arruguitas que de fijo salen , no hay quite de eso. No critico los esfuerzos para verse menos viejo pero algo tan sencillo como dejar de fruncir el ceño pareciera mas difícil que todos los tratamientos antes mencionados.
La tendencia actual es de amanecer bravísimo y en carreras. Ya empieza el día uno de esa forma y así se va el resto del día: corriendo y bravísimo y frunciendo el ceño. Hemos perdido nuestro ritmo? Hasta el sol sale poco a poco y su aparición es maravillosa. Algunas plantas se abren y abren sus pétalos con toda la reverencia del mundo. Hemos perdido no sólo nuestro ritmo, sino también la reverencia ante lo maravilloso. Al perder esto dejamos de agradecer a nuestro Creador todo lo que tenemos alrededor.
Ahora si ni siquiera podemos saludarnos, ni hablarnos amablemente; ahora si como hijos de Dios nos deberíamos amar para que todo el mundo conozca a Dios, estamos malísimo! Tenemos que hacer cambios radicales. Cambios en la manera de responderle a la gente, cambios en la manera de expresarnos cuando vamos manejando, cambios en el tono de expresión. Y después de eso podemos pensar en hacer algo mas ambicioso como el de amarnos unos a otros.
Cómo pretendemos hacer grandes proyectos de evangelización a nivel mundial, sino dentro de casa ni una sonrisa podemos dar?
Empecemos poco a poco, siendo realista, cambiando nosotros primero para luego cambiar al resto del mundo. No será algo así como ver la viga que tenemos dentro de nuestro ojo y luego intentar sacar la paja del otro?
Los grandes cambios se comienzan con los pequeños. Decía C.S. Lewis en un extracto de su libro "Mere Christianity" que no perdamos el tiempo pensando de qué forma amar a ese hermano tan difícil, al principio haga la pantomima como si realmente lo hiciera. En ese momento encontramos uno de los secretos mas grandes: cuando empezamos a comportarnos como si lo amaramos, llegaremos a amarlo algún día. No es hipocrecía, es entrenamiento.
Será que tenemos que empezar por lo básico? usando los 17 músculos en vez de los 43?
Qué les parece si empezamos hoy mismo?
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