domingo, 30 de mayo de 2010

Detras de todo rostro existe una historia

Es temprano, mas temprano que otros días ya que hoy es domingo. El día de descanso, de disfrutar un rato mas en nuestra cama y despertarnos sin tanta carrera.

Damos por un hecho que al levantarnos vamos a desayunar, leer el periódico, tal vez ver un poco de television, revisar la compu... En fin privilegios que se nos olvidan lo que son : privilegios.

Tengo la oportunidad de ser parte de un grupo que damos desayunos en el Centro de Dormitorio de la Municipalidad de San José. Al principio, por falta de experiencia, sentimos un poco de temor. No sabemos como pertenecer fluidamente al sistema de ayuda. No sabemos como hablarles a los habitantes de la calle. Tenemos una fuerte confrontación con nuestra comodidad: levantarnos de madrugada, salir de nuestra burbuja de privilegios, darnos cuenta de la realidad que viven tantas personas que podríamos ser nosotros mismos o nuestros parientes. En fin, es una mezcla de sentimientos que lo único que nos hacen es darnos cuenta de quienes somos de verdad.

Conforme va pasando el tiempo, esos rostros se van haciendo familiares, luego van teniendo nombre, una vida, una forma de hablar. Vamos construyendo relaciones, nos vamos encariñando... Y dejamos de verlos como todo el mundo los ve: como la escoria de la sociedad.

Detrás de todos hay una historia. El adicto tiene una familia que probablemente gran parte de ella sufre, la prostituta seguramente tendrá hijos que sufren o padres, aunque sean iguales... sufren. El ladrón, el publicano, el leproso, el enfermo tienen rostro y detrás una historia. En esa historia hay capítulos sin escribir, capítulos que tal vez nosotros podamos comenzar con el titulo de "oportunidad" "perdón" "esperanza". No es esa la forma que Dios hace con nosotros?

Somos libros abiertos.Alguien escribió en nuestras vidas dándonos oportunidades. Lo triste de esto es que tal vez no lo apreciamos con responsabilidad de hacer lo mismo con aquellos que aun antes de nacer son deshechados.

Veamos en cada persona no la etiqueta sino la posibilidad de escribir aunque sea un párrafo de misericordia

No hay comentarios: