sábado, 14 de mayo de 2011

Visita al Hogar Cristiano de Puntarenas, un churchill con sismo de 6.0 y frente al mar...

Va de nuevo.... el tiempo y el destino y un montón de cosas mas...Ayer viernes 13 de mayo, si viernes 13! decidimos ir a visitar al Hogar Cristiano de Puntarenas con unos regalitos para los niños que residen ahi.

Nuestro equipo de gente, siempre compuesto por  personajes  muy interesantes, nos enrumbamos a visitar el Hogar después de almuerzo. Recibimos una donación única. Digo única ya que no era sólamente unos paquetes de ropa, comida y otros artículos. Eran bolsitas de tela amarilla, llenas de artículos cuidadosamente seleccionados para las necesidades de cada niña y mas encima con sus nombres escritos en cada bolsita. La persona que regaló esto se tomó el tiempo de ver la edad de cada niña (eran 54 en total) y ponerles en cada bolsa, ropita y regalos de acuerdo a esa edad. Tambien les  cocinó un queque gigante, que aun después de el viaje, llegó casi intacto.


Cuando llegamos al Hogar, en medio de un calor increíble, nos encontramos con 54 caritas sonrientes, emocionadísimas  Unas Hermanas que mantienen ese lugar en perfecto orden nos enseñaban que la obra para Dios se puede hacer con excelencia. Fuimos atacados por cientos de manitas que querían enseñarnos donde vivían, sus camitas, sus peluches. Querían preguntarnos todo lo que les pasaba por su cabecita. Niñas desde meses de edad hasta los 17 años. Muchas declaradas en estado de abandono, otras abusadas sexualmente por sus familiares, incluso una niña quemada varias veces por su madre biológica...

En medio de tantas preguntas llegó una niña como de 14 años y me preguntó: "Usted sabe mi nombre?" Lastimosamente le tuve que decir que no y me volvió a preguntar:  " De esas bolsitas una viene con mi nombre?" Y aliviada le pude contestar que si. Me contaba una amiga que su madre había tenido la oportunidad de servir en un orfanato aquí en San José y que se extrañaba de lo rápido que comían los chiquitos a la hora de la cena.  Preocupada  llevó a una psicóloga para que observara la situación. Ella le dijo que estos niños no tenían nada que les perteneciera realmente: ni casa, ni padres... la ropa era de todos. A veces andaban con ropa de otros que les quedaba pequeña ;y otras veces les quedaba grandísima. Por esta razón, comían rapidamente  ya que lo único  que les pertenecía en ese momento era el plato de comida.



Qué importante para esas niñas haber recibido esas bolsitas con sus nombres! Me hubiera encantado tomarles miles de fotos y mostrárselas a ustedes en este momento. Pero porsupuesto en medio del corre corre, se nos olvidó la cámara. Pero esas niñas abrieron esas bolsitas con unas sonrisas que jamás podré olvidar. A veces me pongo a pensar que cuando damos realmente somos nosotros los mas beneficiados. Creo firmemente que el hombre nació con una necesidad de servir al prójimo para su entera realización y felicidad. Aquella parte de Génesis que Dios dice" Hagamos al hombre a nuestra imagen y semejanza definitivamente tiene que ver con esto" Jesús es el modelo del siervo perfecto. Si intentamos seguir sus pasos, definitivamente el servir es uno de ellos.


Volviendo a nuestra historia, después de haber compartido con las niñas un rato, se me ocurre decirle a mi sobrino que nunca había ido a Puntarenas:" Vamos para que probés un "churchill" (combinación de granizado con sirope, helados, leche en polvo y si se quiere tambien con ensalada de frutas)." No te podés ir de Costa Rica sin que probés esto." Y efectivamente, buscamos un lugarcito frente al mar; nos pedimos los "churchills" y se vino un temblor de 6.0. Nos quedamos viendo horrorizados hacia el mar para poder divisar la posibilidad  de un tsunami. Aún así nos terminamos el "churchill"  y de vuelta a San José.


Mientras regresabamos no podíamos dejar de hablar del temblor, del "churchill"... pero no paramos de hablar ni de pensar en la felicidad de haber dado un ratito de nuestro tiempo y haber compartido con tantas personitas sedientas de amor  personalizado.


La persona que hizo esta donación nos dió una lección maravillosa: No solo es dar por dar colectivamente... sino dar cuidadosamente y detalladamente. No hace Dios de la misma  forma con nosotros? Talvez no hemos entendido el Evangelio... No es masivamente como haciendo hamburguesas en una fábrica... es cuidadosamente uno por uno, respetando los gustos y las diferencias de cada persona.


Valió la pena el calor, porsupuesto el churchill y aún el temblor de 6.0. Esta semana volveremos a visitar a esas niñas que nos robaron el corazón.


Nos vemos en Puntarenas!

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